Quién no ha oído hablar de Nina LaCour es porque no ha estado prestando atención a nuestras entradas este último año, ya que es una autora de la que me gusta hablar en cada ocasión que me es posible. Es por ello que en cuanto vi por redes sociales que se estaba preparando para el lanzamiento de su nueva novela en solitario para finales de año supe que tenía que hacerme con ella lo antes posible. Si hay algo que me gusta de sus obras anteriores es que siempre hace alusión al tema de las enfermedades mentales de una manera informada y respetuosa, además de que en muchas ocasiones incluye personajes LGBT que representan relaciones sanas y respetuosas. En esta ocasión estamos ante una historia algo diferente, en la que experimentaremos al mismo tiempo un misterio aderezado con algo de realismo mágico. Mila acaba de graduarse del instituto y durante los últimos años ha estado vagando entre varias casas de acogida después de que un suceso la alejase de su familia. Su trabajadora social le ofrece una oferta de trabajo que nuestra protagonista no podrá rechazar: tener la oportunidad de trabajar como profesora en una granja en medio de la nada en la que conviven varios niños que han sido adoptados por una pareja muy peculiar. Sin embargo, lejos de encontrar la tranquilidad que iba buscando, Mila se verá obligada a enfrentarse a los fantasmas del pasado.
Mila es un personaje a la vez singular y que actúa como espejo de aquel que esté leyendo su historia, ya que es fácil verse reflejado en sus pensamientos y sentimientos a pesar de no haber pasado por las mismas situaciones que ella ha tenido que vivir. Sin embargo, he sentido que me faltaba conocerla más a fondo para poder llegar a entender del todo lo que pasaba por su cabeza en ciertos momentos de la historia. Es verdad que LaCour nos hace una descripción detallada de los hechos que acontecen antes y después de que Mila llegue a la granja, pero siento que en algunas ocasiones deja demasiado en el aire las reacciones del personaje, como esperando que sea cada lector el que las interprete por sí mismo. Esto es algo que en general no me molesta, pero siendo que esta novela esta escrita siguiendo en todo el momento a Mila, creo que le ha faltado cierta profundidad. Además de Mila como protagonista absoluta, tenemos un gran abanico de personajes secundarios, los que una vez más siento que se podrían haber beneficiado de un poco más de profunidad. En primer lugar tenemos a Terry y Julia, la pareja que actúa a la vez como guardianes de la granja y padres de todos los niños que pasan por allí. Liz y Billy comparten trabajo y edad con Mila, llegando a formar una amistad con nuestra protagonista que no se termina de explorar del todo, legándonos dos personajes bastante planos para su supuesta relevancia en la historia. Por último tenemos a Lee, un niño de nueve años que será el protegido, confidente y amigo de Mila y que inspirará ternura en el lector.
¿Lo mejor de la novela? Sin duda la pluma de Nina LaCour. Si hay algo que nunca falla en sus obras es la delicadeza y el mimo que le pone a todo lo que escribe y que hará al lector sentirse nostálgico ante situaciones que nunca ha llegado a vivir. Para mí, es sobre todo una maestra en el arte de escribir sobre el tema de la soledad aplastante que puede llegar a sentir el ser humano. Destaca sobre todo en este libro el uso del cliché de found families, que aunque queda claramente resaltado al final, siento que podría haber tenido un mejor desarrollo durante el grueso de la lectura. El ritmo es pausado, aunque no por ello se hace una lectura pesada, lo que viene facilitado por capítulos cortos, con una atmósfera con un toque intimista. El misterio al que hace alusión la sinopsis se resuelve a lo largo de toda la novela a través de capítulos fechados en el pasado y aunque en mi caso me ha parecido que lo que iba a suceder era bastante obvio, eso no le quita el peso emocional que ha tenido a medida que íbamos descubriendo más sobre la historia tortuosa de nuestro personaje principal. El realismo mágico está presente en los fantasmas que han hecho de la granja su residencia. Y cuando hablo de fantasmas me refiero a entidades reales con las que poder interactuar y que tendrán más peso en la historia del que podríamos imaginarnos en primera instancia. Sin embargo, también he tenido varios problemas que han dificultado mi experiencia con el libro. No negaré que iba con muchas expectativas desde el principio, pero siendo objetiva creo que es una novela a la que le han faltado páginas para explorar tanto a los personajes como ciertos temas y actitudes para las que me ha sido imposible encontrar una explicación lógica.
En definitiva, Watch Over Me ha sido una novela de la que he disfrutado en líneas generales, a pesar de esperarme más de ella, a la que le salvan la pluma exquisita de la autora y las emociones plasmadas entre sus páginas pero que podría haberse beneficiado de un mayor desarrollo de los personajes y las relaciones que se forman entre ellos.
Creo que a estas alturas ya me habéis visto todos los que nos seguís cantar alabanzas de Normal People, libro de la misma autora que leí a principios de años y que se ha convertido en uno de mis favoritos. Fue por eso precisamente que sentí la necesidad de leer cualquier otra cosa escrita por Sally Rooney, independientemente de sí el tema me parecía interesante o no. Cuál fue mi sorpresa al ver que solo tenía otro libro publicado hasta el momento: Conversations with Friends. Reconozco que lo empecé con expectativas, a pesar de que las reseñas que había visto eran bastante mixtas y pasó lo que suele pasar en estas ocasiones: me acabé llevando un chasco. Conocemos a Frances, nuestra protagonista, una chica joven que vive en Dublín y navega sus años de universidad junto a su amiga Bobbi. Ambas trabajan interpretando poesía escrita por Frances en locales de la ciudad y es así como conocen a Melissa, una escritora y fotógrafa que les ofrece escribirles un artículo para una revista. Es así como se entrelazará los destinos de nuestros cuatro personajes protagonistas, cambiando su vida de forma inesperada.
Frances es nuestra protagonista en esta historia, ya que será a través de sus ojos que veremos las relaciones que se desarrollan entre nuestros personajes. Antes que nada me gustaría decir que es un personaje con el que me ha costado horrores conectar y ese se ha convertido en uno de los motivos principales por los que no he podido disfrutar de la historia tanto como me hubiese gustado. Algo que conecta a las novelas de Rooney es que crea personajes realistas, con fallos que se ven magnificados a través de su escritura. En este caso, Frances me ha parecido un personaje muy egoísta, que anteponía sus deseos por delante de lo moralmente correcto, además de ser intratable en el plano sentimental. Bobbi es su ex y mejor amiga, y desde mi punto de vista funciona mejor como hilo conductor con los sucesos que vamos a ver en el resto de la novela que como personaje en sí mismo. También me ha resultado bastante egoísta, además de tremendamente manipuladora en su amistad con Frances. Su soberbia, sobre todo en lo intelectual, me ha parecido repugnante. Nick me ha resultado hueco, además de infantil, con una personalidad vacía que se amolda a la persona con la que se encuentra en cada momento. Si tuviese que escoger una palabra sería pusilánime. Melissa cierra el cuarteto y actúa como telón de fondo. A pesar de que no aparece muy a menudo en la historia, su presencia siempre es constante, casi asfixiante.
La pluma de la autora es una vez más exquisita y con mucha diferencia lo que más me ha gustado de la historia. Es verdad que los diálogos están integrados en los párrafos, algo a lo que me costó acostumbrarme en un principio, pero una vez que le cogí el truco pude disfrutar mucho más de la historia. No puedo evitar pensar, eso sí, en que quizá es una novela a la que se podría haber sacado mucho más provecho si hubiese estado escrita en formato obra de teatro. El ritmo es pausado, que no lento, y acompaña perfectamente a la historia. Como comentaba anteriormente, lo más positivo de este libro es la capacidad que tiene Sally Rooney para crear una historia completamente realista que podríamos experimentar cualquiera de nosotros, que a pesar de su sencillez, consigue cautivar por completo. Sin embargo, uno de los mayores fallos que encuentro ha sido la poca mención que se hace a la escritura de Frances, ya que finalmente queda relegado a un segundo plano en favor de las relaciones tumultuosas tan características de la escritora. Entiendo que se utiliza como recurso para explicar cómo se conocen nuestros personajes, pero me hubiese gustado que no quedase en algo anecdótico. Por último, nos encontramos ante un final abierto que te hace pensar que quizá los personajes no hayan aprendido nada después de todo.
En definitiva, Conversations with friends ha sido una lectura de la que esperaba más en todos los sentidos. Con una historia realista y una pluma maravillosa. Sally Rooney nos presenta a unos personajes bien construidos, pero cuyas motivaciones no quedan claras para el lector.